El pasado fin de semana, corrimos la
carrera de Certascan con Jordi Palomares
“Palo”. Hizo un día fantástico. La organización montó un circuito de 2000m de
desnivel y 16km, muy variado y bonito. Recorrimos casi todas las cimas que
rodean a la estación de esquí de Tavascan. Fue una gran carrera, con buen
ambiente. Para Palo era su primera carrera por equipos, después de una lesión
de pie, que lo ha tenido casi dos años en el dique seco. Había un equipo
claramente favorito formado por Gerard Vila y Joan Reine. Detrás quedábamos
cuatro equipos, con el interrogante de cómo acabaríamos al final. Se salió a
fondo, como siempre. La carrera se fue estirando y con Palo fuimos recuperando
y nos plantamos los segundos. Una caída por exceso de velocidad, casi nos hace
abandonar y hace que nos pillen Freixi i Toti, que vienen con el cuchillo entre
los dientes. A Partir de ese momento empieza una bonita pelea entre los cuatro,
que acabamos ganando Palo y Yo. Al final Freixi-Toti terceros y nosotros
segundos detrás de Gerard y Joan, que ganaron sin despeinarse.
Después de la carrera la organización preparo una buena comida pie de
Refugio. Con la tripa llena echamos cuatro risas con los amigos, explicamos
cuatro batallitas, nos tomamos un cortadito y nos fuimos para casa bien
contentos.
De vuelta a casa, llevando a Palo como copiloto, me vino a la cabeza el
recuerdo de la primera vez que corrí la carrera de Certascan, que a la vez, fue
mi segunda carrera de esquí de montaña. Palo, estaba dando síntomas de quedarse
“sobao”, así que le dije: Palo, Quieres que te explique cómo llegue a correr
mis primeras carreras de esquí de
montaña? No tuvo tiempo a decir que no
que yo ya estaba:
Como ya sabes, hace ya unos de años, por motivos laborales, me vine a vivir
a Puigcerdà. No conocía a nadie en la Cerdanya, pero tampoco me hacía falta, tenía
las montañas, la nieve, los caminos, tiempo libre y un entusiasmo desbordante.
Llegaba al trabajo con ropa de deporte y
salía de trabajar con ropa de deporte. Fue una época en la que los días se me
hacían cortos.
En éstas, y sin tener muy claro como, conocí a un chaval bajito, con gafas
y aparentemente inofensivo. Era Toti Bes, nos hicimos amigos entonces y somos
grandes amigos ahora. Él, por aquel entonces, trabajaba de monitor. Coincidíamos
en el gimnasio y esquiando por Masella.
Me sorprendía lo bien que esquiaba el cabrito y lo fuerte que era. Un día de
aquel invierno, me comento si quería ir con él a hacer la Cresta de Salenques.
Yo le dije que sí. Así que para Salenques que nos fuimos. A media cresta Toti
no lo vio claro y nos bajamos, era su primera incursión alpina. Al día
siguiente decidimos hacer el Aneto por Aigualluts. Toti me había comentado que
había hecho alguna carrera de esquí de montaña (después me entere, y no por él,
que era el campeón de España de la época).
Eso de las carreras de esquí de montaña siempre me había llamado la
atención. Era un mundo que desconocía, lo veía como un complemento ideal para
el alpinismo, que era lo que realmente me gustaba. Me acuerdo, que leía
artículos en las revistas en los que se nombraba a
Berenguer, Olle, Cardona, Lucas… Pensaba, estos tíos tienen que ser la
ostia con los esquís en los pies.
Total, que empezamos a subir al Aneto sin parar de charlar. Yo con gran
curiosidad lo ametrallé con preguntas sobre las carreras. Que si los esquís,
que si las botas, que a qué ritmo subís….
En un momento de desequilibrio mental
le digo: Oye Toti, pon ritmo de carrea a ver qué tal. El chaval, que es muy
modesto y nada vacilón, no pudo evitar poner cara de: dónde vas flipao!
Yo insistí y él empezó a apretar. Me enganche como una lapa. Note que
apretaba y mis pulmones se empezaban aquejar, pero yo enganchado. Toti se iba girando y cada vez que volvía la
cabeza el ritmo aumentaba. Yo estaba a punto de reventar. Un poco por debajo
del collado de Coronas me salto una piel. Gracias a dios! pensé yo. Era la excusa perfecta para parar,
estaba reventado. Toti, que se metió de lleno en el rol de estar haciendo una
carrera, no paró hasta la cima del
Aneto. Yo lo esperé justo donde me salto la piel. Al llegar a mi altura me dijo: Gastón, en mi casa tenemos una tienda
de deportes y en otoño, te venderé un equipo de esquí de montaña y te llevare a
hacer alguna carrera. Ya te puedes vender esos
Dynastar Yeti con Silvreta 404, las botas y las pieles, me dijo.
Pasó el verano y le compré el equipo a Toti. A principios de enero se hizo
la traza Catalana, que la corrí con él. Hizo muy mal tiempo, me saltaron las
pieles dos o tres veces, sufrí como un condenado, pero logramos acabar en el
puesto 14.
Yo me entusiasmé con eso de ir rápido con los esquís y un montón de
actividades aparecieron en mi cabeza, más de montaña que de competición. Me
motivé para entrenar y empecé a quedar con Toti por las tardes, para hacer
algún entrenillo.
Pasaron unos días. Una tarde recibí una llamada de Alberto García, un
portento de la naturaleza, que siempre se quejaba de que había nacido demasiado
temprano. Alberto, al que yo conocía de oídas, me comento que había quedado con
Toti para ir a correr a Certascan, pero que Toti no podía ir, que Toti le había
pasado mi teléfono y que si quería
correr con él. Buff… pensé yo. Le comente que yo solo había corrido una carrera
y que estaba muy limitado. Nada, no te preocupes que iremos a pasarlo bien. Al colgar
pienso: Gastón, donde te has metido!. El sábado siguiente por la tarde quedo
con Alberto y nos ponemos camino de Tavascan. Durante el viaje, Alberto, no
para de vender la piel del oso antes de matarlo. Yo cogí mal de cabeza.
Al llegar a Tavascan nos acercamos al breefing. Yo empiezo a ver caras que
me sonaban de la Traça Catalana, franceses, andorranos y corredores del país. Para
acabarlo de arreglar ahí estaba Alberto
diciéndome: estos son fuertes pero les ganarnos, aquellos son fuertes pero no
bajan bien, aquellos… Me vino a la
cabeza aquel “no te preocupes que iremos
a pasarlo bien”.
En esto me empiezo a marear, me flojean las piernas y me caigo desplomado.
Por suerte me pillan en el aire y me sientan en una silla. Supongo que la
presión-acojone… pudo conmigo. Después de cenar hice una buena restructuración cognitiva
y a dormir. Bueno, dormir, dormir, no dormí mucho, la verdad. De la carrera
tengo solo el recuerdo de la primera subida siguiendo a Alberto a ritmo de
“iremos a pasarlo bien” y la última
bajada, en la que perdimos la carrera. Al final quedamos segundos detrás de
Juanjo Barrio y Lluís Torra. Yo después de todo, acabé muy contento. Ese fin de
semana aprendí un montón de cosas.
Tanto hablar me quedé con la boca seca. Le pedí agua a Palo pero repondia. Entonces me di cuenta, de que estaba dormido...
6 comentarios:
Collons alfons...molt guapo el post...i això q parla d curses...
Ramonet
Molt bona Alfons, ja en pots explicar alguna altra més endavant!!!
Terri.
Boníssim!!! Fa goig llegir-te!!! Tots hem passat per algo semblant... Qui pot negar-ho!! ;)
Genial el relat !!!
Peazo post tio!
JMPorta
Gracias, es un placer ver que gustan los relatos.
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