sábado, 27 de febrero de 2016

CARRERA ALT PALLARS-CERTASCAN

El pasado fin de semana,  corrimos la carrera de  Certascan con Jordi Palomares “Palo”. Hizo un día fantástico. La organización montó un circuito de 2000m de desnivel y 16km, muy variado y bonito. Recorrimos casi todas las cimas que rodean a la estación de esquí de Tavascan. Fue una gran carrera, con buen ambiente. Para Palo era su primera carrera por equipos, después de una lesión de pie, que lo ha tenido casi dos años en el dique seco. Había un equipo claramente favorito formado por Gerard Vila y Joan Reine. Detrás quedábamos cuatro equipos, con el interrogante de cómo acabaríamos al final. Se salió a fondo, como siempre. La carrera se fue estirando y con Palo fuimos recuperando y nos plantamos los segundos. Una caída por exceso de velocidad, casi nos hace abandonar y hace que nos pillen Freixi i Toti, que vienen con el cuchillo entre los dientes. A Partir de ese momento empieza una bonita pelea entre los cuatro, que acabamos ganando Palo y Yo. Al final Freixi-Toti terceros y nosotros segundos detrás de Gerard y Joan, que ganaron sin despeinarse.
Después de la carrera la organización preparo una buena comida pie de Refugio. Con la tripa llena echamos cuatro risas con los amigos, explicamos cuatro batallitas, nos tomamos un cortadito y nos fuimos para casa bien contentos.

De vuelta a casa, llevando a Palo como copiloto, me vino a la cabeza el recuerdo de la primera vez que corrí la carrera de Certascan, que a la vez, fue mi segunda carrera de esquí de montaña. Palo, estaba dando síntomas de quedarse “sobao”, así que le dije: Palo, Quieres que te explique cómo llegue a correr mis primeras carreras de esquí  de montaña?  No tuvo tiempo a decir que no que yo ya estaba:
Como ya sabes, hace ya unos de años, por motivos laborales, me vine a vivir a Puigcerdà. No conocía a nadie en la Cerdanya, pero tampoco me hacía falta, tenía las montañas, la nieve, los caminos, tiempo libre y un entusiasmo desbordante. Llegaba al trabajo  con ropa de deporte y salía de trabajar con ropa de deporte. Fue una época en la que los días se me hacían cortos.
En éstas, y sin tener muy claro como, conocí a un chaval bajito, con gafas y aparentemente inofensivo. Era Toti Bes, nos hicimos amigos entonces y somos grandes amigos ahora. Él, por aquel entonces, trabajaba de monitor. Coincidíamos en el gimnasio y  esquiando por Masella. Me sorprendía lo bien que esquiaba el cabrito y lo fuerte que era. Un día de aquel invierno, me comento si quería ir con él a hacer la Cresta de Salenques. Yo le dije que sí. Así que para Salenques que nos fuimos. A media cresta Toti no lo vio claro y nos bajamos, era su primera incursión alpina. Al día siguiente decidimos hacer el Aneto por Aigualluts. Toti me había comentado que había hecho alguna carrera de esquí de montaña (después me entere, y no por él, que era el campeón de España de la época).
Eso de las carreras de esquí de montaña siempre me había llamado la atención. Era un mundo que desconocía, lo veía como un complemento ideal para el alpinismo, que era lo que realmente me gustaba. Me acuerdo, que leía artículos en las revistas en los que se nombraba  a  Berenguer, Olle, Cardona, Lucas… Pensaba, estos tíos tienen que ser la ostia con los esquís en los pies.
Total, que empezamos a subir al Aneto sin parar de charlar. Yo con gran curiosidad lo ametrallé con preguntas sobre las carreras. Que si los esquís, que si las botas, que a qué ritmo subís….
 En un momento de desequilibrio mental le digo: Oye Toti, pon ritmo de carrea a ver qué tal. El chaval, que es muy modesto y nada vacilón, no pudo evitar poner cara de: dónde vas flipao!
Yo insistí y él empezó a apretar. Me enganche como una lapa. Note que apretaba y mis pulmones se empezaban aquejar, pero yo enganchado.  Toti se iba girando y cada vez que volvía la cabeza el ritmo aumentaba. Yo estaba a punto de reventar. Un poco por debajo del collado de Coronas me salto una piel. Gracias a dios!  pensé yo. Era la excusa perfecta para parar, estaba reventado. Toti, que se metió de lleno en el rol de estar haciendo una carrera, no paró hasta la cima del  Aneto. Yo lo esperé justo donde me salto la piel. Al llegar a mi altura  me dijo: Gastón, en mi casa tenemos una tienda de deportes y en otoño, te venderé un equipo de esquí de montaña y te llevare a hacer alguna carrera. Ya te puedes vender esos  Dynastar Yeti con Silvreta 404, las botas y las pieles, me dijo.
Pasó el verano y le compré el equipo a Toti. A principios de enero se hizo la traza Catalana, que la corrí con él. Hizo muy mal tiempo, me saltaron las pieles dos o tres veces, sufrí como un condenado, pero logramos acabar en el puesto 14.
Yo me entusiasmé con eso de ir rápido con los esquís y un montón de actividades aparecieron en mi cabeza, más de montaña que de competición. Me motivé para entrenar y empecé a quedar con Toti por las tardes, para hacer algún entrenillo.
Pasaron unos días. Una tarde recibí una llamada de Alberto García, un portento de la naturaleza, que siempre se quejaba de que había nacido demasiado temprano. Alberto, al que yo conocía de oídas, me comento que había quedado con Toti para ir a correr a Certascan, pero que Toti no podía ir, que Toti le había pasado mi teléfono  y que si quería correr con él. Buff… pensé yo. Le comente que yo solo había corrido una carrera y que estaba muy limitado. Nada, no te preocupes que iremos a pasarlo bien. Al colgar pienso: Gastón, donde te has metido!. El sábado siguiente por la tarde quedo con Alberto y nos ponemos camino de Tavascan. Durante el viaje, Alberto, no para de vender la piel del oso antes de matarlo. Yo cogí mal de cabeza.
Al llegar a Tavascan nos acercamos al breefing. Yo empiezo a ver caras que me sonaban de la Traça Catalana, franceses, andorranos y corredores del país. Para acabarlo de arreglar ahí estaba  Alberto diciéndome: estos son fuertes pero les ganarnos, aquellos son fuertes pero no bajan bien, aquellos…  Me vino a la cabeza aquel  “no te preocupes que iremos a pasarlo bien”.

En esto me empiezo a marear, me flojean las piernas y me caigo desplomado. Por suerte me pillan en el aire y me sientan en una silla. Supongo que la presión-acojone… pudo conmigo. Después de cenar hice una buena restructuración cognitiva y a dormir. Bueno, dormir, dormir, no dormí mucho, la verdad. De la carrera tengo solo el recuerdo de la primera subida siguiendo a Alberto a ritmo de “iremos a pasarlo bien” y  la última bajada, en la que perdimos la carrera. Al final quedamos segundos detrás de Juanjo Barrio y Lluís Torra. Yo después de todo, acabé muy contento. Ese fin de semana aprendí un montón de cosas.

Tanto hablar me quedé con la boca seca. Le pedí agua a Palo pero  repondia. Entonces me di  cuenta, de que estaba dormido...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Collons alfons...molt guapo el post...i això q parla d curses...

Ramonet

Anónimo dijo...

Molt bona Alfons, ja en pots explicar alguna altra més endavant!!!
Terri.

Afrorizos dijo...

Boníssim!!! Fa goig llegir-te!!! Tots hem passat per algo semblant... Qui pot negar-ho!! ;)

Isidre Escorihuela dijo...

Genial el relat !!!

Anónimo dijo...

Peazo post tio!

JMPorta

Alfonso Gaston dijo...

Gracias, es un placer ver que gustan los relatos.