El invierno empezó perezoso. La
nieve tardo un poco en llegar, pero
llegó y en abundancia. Cuando llegó, empezó un incesante “puyá-baxá”, como dice
mi padre, por las montañas ceretanas. Buenas excursiones, unas veces solo y
otras en buena compañía, pero siempre
con buena nieve. Cuando parecía que el tema se calmaba, zasca, otra nevadita
para alegrar el panorama. La excitación era máxima. La montaña también se
empezaba a poner bien, para hacer algo de alpinismo.
Las piernas cada vez respondían
mejor. Llegaron las primeras carreras de esquí de montaña. La primera fue la
Traça Muga, a la que fui un poco “acojonado”, por la falta de intensidad, que
no de metros. No tenía ganas de pasarme dos horas sufriendo detrás de Xevi Sadurní.
La Traça Muga la organizan unos
buenos amigos, con Xevi Guillamó a la cabeza. Es un ejemplo de que como mucho
esfuerzo y pocos medios se puede organizar una buena carrera. Así fue, carrera muy bonita.
Lástima que por la niebla, se tuvo que recortar un poco el recorrido original.
A pesar del acojone inicial, al
final, salió bien la cosa y hasta ganamos la carrera. No estamos tan mal y
empezamos bien, pensé yo. La primavera prometía:
paquetón de nieve, la montaña se va a poner de narices para escalar, a las piernas
parece que aún les queda mecha, hay un par de buenos viajes calentando en el
horno y las buenas carreras están por llegar… Bufff me faltaran días, algo tenía
que hacer. Con el entusiasmo de un niño, en el trabajo comente: que os parece si en marzo
me pillo unos días de fiesta? Roger, Ricard y Pep me vieron tan emocionado que
no se atrevieron a decir que no jeeee….
Llegó la segunda carrera la Vall
Fosca, una carrera siempre interesante, alpina y con buenos recorridos. La
última edición no la pude acabar por culpa de un esquí que se rompió, de manera
incomprensible, mientras subía. Volvía a correr con Xevi que es un picado y un
motivado de nacimiento jeee. Yo tenía ganas de correr, el día era fantástico y
el recorrido alpino. Buenos condicionantes…
En la salida 150 equipos y yo, como
siempre, con ganas de que den la salida, para que se me marchen los nervios de
la tripa. La salida la hacemos por una pista bastante plana hasta la presa de
Sallente, a un ritmo que, a diferencia de otros días, aguanto bastante bien.
Justo antes de la presa veo que me adelanta Xevi, también comocido como Killer
o Lord ingles, sacando pecho jeee…. Bueno, se acabo la fiesta, pensé yo. Ala
Gastón que sin esfuerzo no hay recompensa y no queda otra que a seguir al
killer… Por suerte, de llano, solo nos queda pasar la presa. Poco a poco
empezamos a abrir unos metros con el grupo que nos sigue.
Por delante Jordi Alis y Joan Reine,
que juegan en otra liga, se escapan. Nosotros nos plantamos en la segunda
posición. El ritmo que llevamos es muy bueno y cada vez los que nos persiguen
están más lejos. Esta siendo una disfrutada de carrera, compenetración, buena
nieve, buena traza, canales, tramos de arista y la gozada de correr en equipo.
Solo nos queda la última subida y la bajada a
meta. Los terceros están muy lejos y los primeros también. Seguimos a buen
ritmo. Llegamos al último cambio de pieles. Solo nos queda la bajada a meta y no
tenemos la presión de ningún equipo, vamos, un disfrute. Sacamos pieles. Yo
acabo antes que Xevi. Me recoloco los palos en las muñecas y empiezo a derrapar
despacito, mientras miro a Xevi de reojo, a ver si acaba el jodido. Xevi se
levanta. Arrancamos y en estas, se me clava un palo, me engancho un esquí y me
caigo. Caída tonta, prácticamente parado y aparentemente sin consecuencias,
pero con un resultado fatal…
En la caída siento un chasquido
en la rodilla. Me levanto y la muevo, no me duele nada y parece que todo está
en su sitio. Arranco, la nieve está polvo, giro a la izquierda, giro a la
derecha y me caigo. Ostia, que coño pasa? Me pregunto. Me vuelvo a levantar
giro a la izquierda, giro a la derecha y zasca, vuelvo a caer. No entiendo nada.
Miro si el esquí o las botas están rotos, todo está bien. En estas empiezo a
notar presión en el tobillo. Xevi está más abajo y creo que tampoco entiende
nada. La pendiente disminuye y hago un recto hasta la altura de Xevi y le digo:
Xevi, no se qué pasa, pero no puedo girar a la derecha, tengo que parar.
La presión en el tobillo ya es
más fuerte pero no me duele. Me siento, me tapo y esperamos al helicóptero. De este
bajan Marcel y Jordi, dos amigos y bomberos del GRAE. Jordi se acerca y me
pregunta: chaval que te ha pasado? Y yo le digo: que, no me conoces? Jordi se
queda más blanco que un din A4, jeee…. Con Jordi somos buenos amigos y
compartimos a menudo días de actividad en la montaña. Que te ha pasado? Que tienes?
Me vuelve a pregunta, y yo se lo explico. Me inmovilizan y en helicóptero me
trasladan hasta el hospital de Tremp y de Tremp, después de estar 11 horas
esperando a la ambulancia, me llevan Puigcerdà. En Puigcerdà después de un TAC
y radiografías, me dicen que tengo una rotura de peroné y de los ligamentos del
tobillo.
Me pregunto más de una vez: como
cojones me he roto todo eso en una caída tan tonta? El resultado es: operación, siete semanas de
yeso, que es donde estoy ahora, y a partir de aquí imagino que recuperación y
tal y cual.
Total, que tuve que llamar al
trabajo para decirles, que la primavera también pintaba muy bien y que me pillaba fiesta abril y mayo jeeeee….
No hay mal que cien años dure…
4 comentarios:
Ánimo y suerte con la recuperación. Tiempo para ir fichando nuevos proyectos...lástima que te haya pillado en primavera/verano que es cuando más planes tenemos en la cabeza...
Ànims Gastón! Pots amb qualsevol cosa, un aprenentatge més. Gaaaaas!
Gracias Circo Marco y Afrorizos.
Mis mejores deseos y pronta recuperacion Alfons, de un conocido de Granada
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